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Horacio Vásquez, founder & CEO AWA.

“Decidí emprender porque pensé que así podía generar un impacto mayor contra el cambio climático”

Junto a sus socios impulsó una empresa de electricidad no convencional y, a su vez, la primera agua solar embotellada del país, un agua purificada extraída del aire con energía solar 100% renovable. Pero no solo eso: el 10% de las utilidades recaudadas por el producto son destinadas a proyectos de generación de agua para familias y comunidades que no tienen acceso a ella.

Por Constanza Garín L.

Cuando iban a instalar una serie de paneles fotovoltaicos para generar electricidad en la zona norte del país, comenzaron a percatarse en primera persona sobre la escasez hídrica que vivían ciertas localidades. Sin embargo, al comenzar a desarrollar proyectos solares en el sur, un territorio con más lluvias y, por ende, con más agua, lo que surgió fue preocupación.
“Muchos agricultores debían ceder sus tierras para usarlas en otras cosas, como proyectos solares, porque ya no tenían agua para sostener sus plantaciones”, cuenta Horacio Vásquez, founder & CEO de AWA.
Y si bien, se trata de una empresa del sector eléctrico, “siempre vimos al agua como un gran problema que se genera, por un lado, por el cambio climático, pero también por cómo las personas y la industria la consume”, explica, acotando que al iniciar la firma en 2016 buscaban apuntar a la generación de energías renovables.
Fue así como, junto a su equipo, impulsaron AWA, agua de consumo responsable que proviene de una fuente 100% renovable. ¿Cómo se produce? Es extraída gracias a una nueva tecnología de hidropaneles que combinan energía solar fotovoltaica y energía solar térmica, captando la humedad del aire y realizando un proceso de condensación para generar agua de alta calidad, la que posteriormente es mineralizada, logrando un sabor óptimo para el consumo de todos.
A su vez, AWA tiene un empaque 100% reciclado y el 10% de sus utilidades son destinadas a proyectos de generación de agua para familias y comunidades que no tienen acceso a este elemento o donde la calidad del que reciben no es óptima para su consumo.
Aunque solo llevan dos meses en el mercado, apuntan a que en dos años manejarán el 10% del consumo de agua, “lo que ayudaría a su vez a entregar una solución para dejar de consumir en grandes cantidades agua extraída de forma superficial”, explica el ejecutivo.

“Muchos agricultores debían ceder sus tierras para usarlas en otras cosas, como proyectos solares, porque ya no tenían agua para sostener sus plantaciones”.

“Siempre vimos al agua como un gran problema que se genera, por un lado, por el cambio climático, pero también por cómo las personas y la industria la consume”.

– ¿Ha sido difícil emprender en un mercado consolidado, donde la gente no se cuestiona mucho si el producto es sustentable, más allá del envase?
– No ha sido fácil, pero hemos visto que el interés de la gente y las empresas va creciendo día a día. Yo vengo de la industria de la energía renovable, donde vendemos parques solares grandes, y quizás la gente no ve el impacto inmediato de lo que esto significa, por eso para nosotros era importante tener algo tangible, un producto masivo, en este caso agua, para acercar a la gente.

Entonces, cuando la gente toma la botella y ve que es un agua producida gracias a hidropaneles, que lucha contra el cambio climático y, a la vez, aporta en llevar agua a personas que no la tienen, es un gran valor.

– ¿Consideras que la pandemia le ha dado el tiempo a la gente para tomarse más en serio el cambio climático?
-La pandemia ha acelerado la sustentabilidad, porque la gente ha estado mucho tiempo encerrada. Lo vi en Chile y en Argentina, donde viví hasta el año pasado. Este tiempo nos hizo pensar cómo quieres proyectar tu vida, cómo quieres aportar. Entonces, a mucha gente la pandemia le hizo el doble clic de plantearse cómo seguir adelante y qué cosas realmente son necesarias de consumir. Hay todo un cambio de rutina, entonces, sin duda la pandemia ha hecho que la conciencia de cuidar el planeta sea más potente.

Por eso, AWA y otros productos que estén relacionados con hacer más sustentable el planeta y cuidarlo, tienen una valorización mucho mayor.

– ¿Qué cosas te molestaron para poder generar una empresa consciente con el problema y generar soluciones?
– Cuando terminé mis estudios de ingeniero civil industrial, entré a trabajar a una empresa española de energía renovables y tuve la suerte de ir a España y conocer a profundidad del tema. Allí me di cuenta de todo lo que podían aportar a la sociedad y al cambio climático, en una época en que no se hablaba tanto del tema.

Ahí me apasioné, justamente, por todos los beneficios que se pueden entregar a la sociedad y por la posibilidad de generar un impacto positivo, eso siempre me motivó. Por eso decidí emprender, porque pensé que así podía generar un impacto mayor contra el cambio climático.

– ¿Tienen otros proyectos en relación a la sustentabilidad?
– Estamos tratando de idear una pequeña ciudad sustentable, es decir, un vecindario urbano que sea 100% sustentable y que no necesite nada más que a él mismo, donde sus habitantes puedan generar su propia comida, energía, agua, y que todo tenga un sentido de economía circular.


Esto es algo que en otros países ya lo están desarrollando. ¿Por qué en Chile no, si nosotros tenemos los mejores recursos renovables a nivel mundial? Es algo que perfectamente se puede hacer.

“Cuando la gente toma la botella y ve que es un agua producida gracias a hidropaneles, que lucha contra el cambio climático y, a la vez, aporta en llevar agua a personas que no la tienen, es un gran valor”.

“A mucha gente la pandemia le hizo el doble clic de plantearse cómo seguir adelante y qué cosas realmente son necesarias de consumir”.

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